La prevalencia de la miopía en cifras en Madrid
Resultados del estudio de prevalencia de la miopía en la Ciudad de Madrid
De 2º a 6º de primaria, la prevalencia de la miopía se triplica. Además, la prevalencia de la miopía es mayor en los grupos socioeconómicos más vulnerables.
El 41,3% de los niños y niñas que tienen miopía en 6º de primaria no lleva gafas. 1 de cada 100 niños tiene miopía magna.
Índice
La presentación
Amires presentó el 22 de febrero de 2023 los resultados del mayor estudio de prevalencia de la miopía realizado nunca en España, con la presencia de especialistas de la oftalmología, de la optometría y de la estadística, y de representantes de las Consejerías de Educación y de Sanidad de la Comunidad de Madrid.
Los expertos: comité científico
Gonzalo Carracedo Rodríguez
Profesor Titular de Universidad Complutense Madrid. Director Grupo Investigación UCM Ocupharm. Facultad de Óptica y Optometría (UCM).
Laura Batres Valderas
Doctora en Optometría. Profesora Facultad de Óptica y Optometría UCM
David P Piñero Llorens
Doctor en Optometría e investigador. Profesor Titular Universidad de Alicante
Sergio Recalde Maestre
Doctor Europeo en Bioquímica. Investigador de Oftalmología Clínica U de Navarra. Profesor Contratado Doctor Facultad de Medicina U de Navarra.
Sara Llorente González
Doctora en Medicina y Cirugía. Oftalmóloga e investigadora Clínica U de Navarra. Profesora clínica asociada U de Navarra.
Natalia Márquez Ivacevich
Dra oftalmóloga Hospital Campo Arañuelo. Vocal de la SERV
Miguel de la Fuente Sánchez
Director en Demométrica.
Voluntarios en la toma de muestras
Además de los miembros del comité científico, hemos contado con la ayuda voluntaria de los siguientes profesionales:
Blanca Días Vega
Oftalmóloga
Gran Visión Oftalmología
Sara Llorente González
Oftalmóloga
Clínica Universidad de Navarra
María Alarcón Tomás
Oftalmóloga
Mónica Lovera Rivas
Oftalmóloga
Avanlens
Sergio Recalde Maestre
Bioquímico. Investigador en oftalmología
Clínica Universidad de Navarra
Patricia Fernández Robredo
Bioquímica. Investigadora en oftalmología
Clínica Universidad de Navarra
Sara Gutiérrez Jorrín
Optometrista
Oculus
Paulina Dotor Goytia
Optometrista
IOT
AMIRES
Equipo AMIRES
Diseño muestral
Tipo de muestreo y unidades muestrales
El tipo de muestreo propuesto es el de conglomerado polietápico con estratificación de las unidades de primera etapa. Las unidades muestrales son las siguientes:
• Unidad de primera etapa: el colegio, como forma de acceder a la población estudiada.
• Unidad de segunda etapa: el aula o grupo de alumnos/as.
• Unidad de tercera etapa (elemento muestral): el alumno/a. No se realiza submuestreo y se incluyen todos los elementos de cada aula seleccionada
Afijación muestral
Para establecer el tamaño muestral se ha partido de una estimación inicial de miopia magna (por encima de 6 dioptrías) en torno al 2% (estableciendo un error de muestreo de ±1 a un nivel de confianza del 95%, y miopía leve a moderada (entre 0,5 y 6 dioptrías) en torno al 10% con un error de muestreo de ±2 a un nivel de confianza del 95%.
Estas prevalencias nos han servido fundamentalmente para establecer las hipótesis de trabajo en el cálculo del tamaño muestral. Con las prevalencias y errores de muestreo esperados que se han descrito anteriormente, y asumiendo un efecto del diseño de 1,25, calculamos un un tamaño muestral de 1.200 casos por curso o grupo de edad para los que se quiera ofrecer estimaciones. En nuestro caso, 2º y 6º de
primaria.
En consecuencia, un total muestral de 2.400 niños/as. Al utilizar muestreo por conglomerados en varias etapas, la otra cuestión fundamental es definir la relación óptima entre el número de colegios a muestrear (n) y el número de niños/as por colegio a incluir en la muestra (m). La razón fundamental es el número medio esperado por aula en cada colegio (que no habría superado los 25 niños/as) y los antecedentes sobre la tasa final de respuesta válida (que teniendo en cuenta que se debe contar con el consentimiento escrito de padres o tutor no fue previsible que superara el 70%).
De esta forma, la previsión era obtener una media de autorizaciones de familias en torno a 17 niños/as por aula. Con esta previsión inicial, el número de aulas necesarias para cubrir la muestra mínima de 2.400 casos se estimó en torno a 140 aulas. Estas se obtendrían de un total de 44 colegios. Hay centros con un único aula de cada curso (2o y 6o) y centros con un mínimo de dos aulas de 2o y dos aulas de 6o de primaria.
Características de la muestra del estudio de prevalencia de la miopía infantil
Puesto que este es un estudio epidemiológico, es fundamental construir una muestra significativa de todos los segmentos poblacionales dentro de la horquilla a medir. El hecho de que la muestra se encuentre íntegramente en edades de escolarización obligatoria nos facilita el acceso a las mediciones sin realizar sesgos, añadiendo mayor fiabilidad al estudio.
Hemos evaluado una muestra que consiste en 2.489 niños y niñas de 2º y 6º de primaria de 39 colegios de la Ciudad de Madrid. 14 de ellos son de naturaleza pública y 25 de naturaleza privada-concertada.
Este es un estudio epidemiológico ya que el tamaño muestral representa a la población de la Ciudad de Madrid atendiendo también a criterios socioeconómicos. Hemos empleado las categorías de clasificación de los Distritos de la Ciudad de Madrid que los organizan por su Índice de Desarrollo Humano.
En este estudio, hemos medido la miopía de ambos ojos en cada caso y los hábitos de vida referidos por los padres.
Tabla: tamaño muestral
Np: N ponderada.
Distribución de la muestra por grupos de distrito
El programa de las Naciones Unidas para el Desarrollo emplea el Índice de Desarrollo Humano para clasificar a los países y áreas geográficas en función de una serie de indicadores. Estos indicadores son la esperanza de vida, la educación, la tasa de alfabetización, la tasa bruta de matriculación e indicadores de ingresos per cápita. El Ayuntamiento de Madrid emplea la misma nomenclatura para ordenar sus distritos en cuatro categorías, usando los mismos indicadores, pero excluyendo la tasa de alfabetización, y modificando la tasa bruta de matriculación por el nivel medio de estudios. En este estudio hemos empleado esas mismo cuatro categorías para elaborar una muestra capaz de exhibir patrones fundamentados en factores sociológicos.
Una tasa de respuesta elevada
La tasa de respuesta ha sido ligeramente superior entre las familias de 6º de primaria (74%) frente a los alumnos/as de 2º de primaria (68%).
Por titularidad, la respuesta ha sido más alta entre las familias de los centros públicos (76%) frente a los privados concertados (68%).
Metodología en la medición de la refracción de cada elemento muestral
En un estudio de medición del error refractivo es fundamental evitar los posibles errores de medición por miopía instrumental(1) y por espasmo acomodativo(2). Para prevenir esta circunstancia, hemos seguido las instrucciones de expertos en oftalmología y en optometría, y hemos aplicado ciclopejia para evitar la acomodación del ojo.
Para la ejecución de este proceso se ha seguido un protocolo en el que han participado 1 supervisora, 2 técnicos gestionando los registros, y 1 oftalmólogo con 2 optometristas gestionando la toma de muestras.
(1) La miopía instrumental se produce porque, al mirar por un instrumento, se pone en juego más acomodación que la que se pondría observando un objeto real situado a una distancia equivalente.
(2) El espasmo acomodativo es el exceso de acomodación y se produce cuando el proceso de acomodación se queda activo.
Primera fase
-Empleamos un espacio en penumbra dentro del centro escolar en el que se ubican los equipos de medición y los profesionales
-Un optometrista realiza un primer cribaje de todos los menores autorizados con el objetivo de identificar a aquellos que probablemente presenten miopía de aquellos que no. Para ello, empleamos un fotorefractómetro Plusoptix (cedido por Oculus) situado a una distancia de un metro del sujeto.
–Aquellos cuyo resultado en fotorefractómetro sea de cero o negativo pasan a la segunda fase del proceso, en la que medimos el error de refracción con exactitud.
Segunda fase
La segunda fase es más invasiva para el menor. Por ese motivo, solo aquellos que sean identificados como posibles afectados de miopía son medidos con ciclopejia.
-Un oftalmólogo aplica una gota de ciclopejia cada diez minutos en tres ocasiones.
-Una vez el oftalmólogo se cerciora de que el reflejo acomodativo ocular se encuentra detenido, pasamos a las mediciones.
-Primero, el menor es observado por el oftalmólogo a través de un oftalmoscopio directo para descartar posibles anomalías y/o problemas en las estructuras oculares.
-Después, un optometrista mide el error refractivo y la longitud axial de ambos ojos empleando un autorefractómetro y biómetro. El equipo utilizado es el MyopiaMaster cedido por Oculus.
Un nivel de confianza estadístico del 95%
Todas las muestras de este estudio han sido ponderadas por distrito y edad. En el análisis de los datos se han aplicado técnicas de bootstrapping, para garantizar niveles de confianza que alcanzan el 95%.
Los resultados
Prevalencia de la miopía por cursos
En segundo de primaria nos encontramos una prevalencia del 6,5%, que crece hasta un 18,7% en sexto. Se trata de un crecimiento de tres veces sobre la prevalencia original. Este incremento tan importante en la prevalencia de la miopía entre los cursos de 2º y de 6º puede apuntar a que que los factores ambientales tienen un mayor peso en esta etapa educativa para el crecimiento de la miopía, más allá de las cuestiones genéticas.
Además, podemos comprobar cómo el número de niños y niñas con miopía magna casi llega a, también, multiplicarse por 3. En 6º curso, la prevalencia de esta miopía magna alcanza ya el 1,37%. Esto cobra especial relevancia puesto que la miopía patológica (aquella que genera enfermedades) está profundamente relacionada con la miopía magna. En sexto, 1 de cada 73 niños y niñas tiene más de 6 dioptrías, y, por lo tanto, tiene miopía magna.
La miopía magna o alta miopía se produce cuando tenemos más de 6 dioptrías en al menos uno de los dos ojos. Esta aumenta el riesgo de desarrollar enfermedades oculares potencialmente severas.
Prevalencia de la miopía por sexo
En 2º, el número de niños con miopía es ligeramente superior al de niñas que presentan la condición. Sin embargo, vemos cómo, tras 4 años, la relación se invierte y se acentúa la desigualdad: un 57% de las personas con miopía en 6º de primaria son niñas, y un 43% son niños.
Prevalencia de la miopía por distrito y curso
Cuando observamos la prevalencia de la miopía en cada uno de los cursos analizados y la cruzamos con la distribución geográfica según los distritos clasificados por su Índice de Desarrollo Humano, nos encontramos con un curioso fenómeno:
En segundo, cuando los niños y las niñas aún no se han desarrollado demasiado, encontramos que la prevalencia de la miopía es casi del doble en los distritos con un IDH bajo respecto del resto de zonas. Sin embargo, cuando observamos los datos de sexto, vemos que, mientras que la prevalencia en los distritos con un IDH bajo se ha doblado, en el resto de distritos se ha triplicado. Probablemente este fenómeno sea debido a factores ambientales diferentes como una posible mayor presión educativa.
Variables estadísticas de la miopía en la muestra
Podemos ver cómo el error refractivo promedio no se ve incrementado en términos significativos entre 2º y 6º. El motivo de esto es que, conforme pasan los años, nuevos niños y niñas debutan con miopía. Cuando esto ocurre, al principio, el grado de esta miopía es muy bajo, por lo que estos compensan por las miopías crecientes de aquellos que debutaron con una edad inferior.
Uso de correcciones ópticas según curso y distrito
Si nos fijamos en el porcentaje de la población con miopía que dispone de correcciones ópticas (gafas o lentillas) aflora un problema importante: la mitad de los niños y niñas con miopía no están corregidos.
En segundo de primaria, de hecho, hay más niños y niñas con miopía no corregidos que sí corregidos: un 56,5% no lo está. En sexto sí que se invierte algo la tendencia, aunque los datos son aún preocupantes: un 41,5% de quienes presentan miopía no está corregido.
Al cruzar estos datos con los indicadores socioeconómicos, nos topamos con otro indicador de desigualdad: en segundo, la mitad de los menores con miopía sin correcciones se encuentra en el grupo más deprimido de los cuatro.
Estos hechos son gravísimos porque una miopía mal corregida o no corregida lastra considerablemente el desarrollo cognitivo del menor, y favorece el aumento de la miopía, pudiendo alcanzarse valores de miopía magna.
Antecedentes de miopía en progenitores
Algunos de los datos que nos están indicando la importancia de los hábitos para el avance de la miopía sobre la de la genética se encuentran en los antecedentes de miopía de los progenitores:
Entre segundo de primaria y sexto, podemos ver cómo el porcentaje de niños con miopía cuyos dos progenitores no presentan la condición sufre un aumento desde el 23% al 33,4%. Mientras tanto, las proporciones del resto de grupos se mantienen muy similares. Estos menores no cuentan con antecedentes que justifiquen la miopía. No, al menos, como el resto de grupos. Este drástico incremento solo puede deberse a los hábitos de vida que afectan a la salud ocular.
Además, si ponemos el acento sobre la miopía magna de los progenitores, podemos comprobar cómo, cuando ambos tienen la condición, el niño o niña tiene, en 2º, 8 veces más posibilidades de desarrollar miopía que aquellos niños y niñas con padres con hasta 6 dioptrías. En sexto, la relación no es tan drástica, puesto que con el desarrollo del menor, los condicionantes del entorno que también impulsan el aumento de la miopía han tenido tiempo de actuar en el resto de menores.
Hábitos de vida y miopía
Aunque es cierto que los hábitos de los niños y niñas con miopía durante la semana son muy similares, sí que podemos apreciar cómo los niños y niñas que pasan más tiempo al aire libre tienden a presentar menos miopía. La información sobre los hábitos de vida de los niños y niñas consiste en datos referidos por los progenitores, por lo que debemos presuponer un cierto sesgo que debe ser tenido en cuenta a la hora de interpretar los datos.
A la hora de fijarnos en los hábitos de vida de los menores durante los fines de semana, nos encontramos con que los hábitos son bastante similares entre niños y niñas que presentan miopía y aquellos que no, aunque sí es cierto que predominan las horas de actividad al aire libre entre los menores que no presentan miopía sobre aquellos que sí. Sin embargo, la diferencia entre estos y los datos sobre los hábitos de la semana no es especialmente destacada.
Sí que vemos una clara tendencia cuando tomamos en cuenta los hábitos en el uso de pantallas electrónicas de visión cercana antes y después del sueño. En aquellos menores de segundo que, en la hora antes de dormir, hacen uso de estos dispositivos, como son el móvil o la tablet, se manifiesta la miopía de forma mucho más habitual. Esta tendencia, además, podría estar conectada a una modificación en los ritmos circadianos del menor, que repercutiría negativamente en otras áreas del desarrollo.
Las claves fundamentales del estudio de prevalencia
La prevalencia de la miopía es más o menos homogénea a lo largo de los distintos grupos socioeconómicos, pero sube significativamente en el grupo más vulnerable en 2º de primaria.
Si ambos progenitores tienen miopía, especialmente cuando ambos tienen más de 6 dioptrías, las probabilidades de que un niño de 2º de primaria presente miopía ascienden considerablemente como consecuencia de la herencia genética. Sin embargo, los niños y niñas con miopía de 6º con padres sin la condición aumentan considerablemente, arrojándonos luz sobre la influencia de los hábitos de vida sobre la evolución de la miopía.
La mitad de los menores con miopía estudiados no tiene correcciones ópticas. Una miopía mal corregida o no corregida lastra considerablemente el desarrollo educativo del menor y puede desembocar en miopía magna.
La prevalencia de la miopía en menores que pasan una cantidad considerable de tiempo al aire libre centrando la vista en objetos lejanos es menor que en aquellos que no lo hacen. Priorizar el uso de dispositivos electrónicos de visión lejana sobre aquellos de visión cercana ayuda a controlar la evolución de la miopía.
Los niños y niñas de sexto de primaria cuyos padres manifiestan que no pasan ninguna hora haciendo actividades al aire libre durante los fines de semana tienen una prevalencia de la miopía significativamente superior.
1 de cada 73 niños de 6º de primaria de la Ciudad de Madrid tiene miopía magna, una de las principales causas de discapacidad visual en España.
Propuestas de la presentación de resultados
Se hace imprescindible elaborar una estrategia desde diferentes ámbitos para abordar el problema de la miopía.
En el ámbito de la sanidad:
Dado el alto porcentaje de niños detectados sin correcciones, debemos desarrollar procedimientos más rigurosos para que el menor con miopía sea diagnosticado a tiempo. Igual que se encuentran bastante pautadas las visitas al pediatra con el calendario de vacunaciones y la revisión del niño sano, deberíamos apostar por la elaboración de un calendario de revisiones oftalmológicas para abordar a tiempo tanto la miopía como otras patologías más graves.
Para llevar a cabo este calendario de revisiones oftalmológicas es necesario consensuar desde la Consejería de sanidad con pediatras, oftalmólogos y optometristas.
En el ámbito de la educación:
Es importante sensibilizar a la comunidad educativa (docentes, padres/madres y escolares) sobre el problema y promover hábitos saludables para llevar a cabo un buen control de la salud visual.
Para la detección de niños y niñas con carencias visuales en las aulas, una buena solución fácil de implementar de aplicar es aplicar una rotación de los asientos. De esta forma, es posible identificar si un menor no ve cuando se encuentra lejos de la pizarra. Otra medida que podría ser implementada en las aulas es la sustitución de dispositivos de visión cercana por dispositivos de visión lejana, como televisores, proyectores, y pantallas alejadas lo máximo posible de los ojos del menor.
Además de ello, se deben promover actividades que se desarrollen al aire libre dentro del currículum escolar, así como pautar y temporalizar aquellas actividades de visión cercana como la lectura y el trabajo con dispositivos de visión cercana. De esta forma, podríamos llegar a ralentizar la progresión de la miopía. Impelemos a la Consejería de educación a la elaboración de campañas que den difusión a este tipo de medidas y todas aquellas más que sean avaladas por la evidencia científica.
En el ámbito de la política social:
Existe una problemática real en torno al acceso a las correcciones ópticas por parte de aquellos grupos sometidos a una situación de mayor vulnerabilidad. Esta situación provoca una doble discriminación. Por un lado, por la falta de acceso a las correcciones ópticas, y por otro, porque este acceso a las correcciones no consumado dificulta el desarrollo del aprendizaje.
Es importante que sean elaboradas estrategias desde la Consejería de Política social para que las familias en esa situación de vulnerabilidad puedan acceder a las correcciones ópticas sin que esto sea un obstáculo económico insuperable.
Otras sugerencias:
Desde las asociaciones de pacientes, solicitamos que las sociedades médicas de oftalmología, de optometría y de pediatría consensúen mensajes claros sobre las actuaciones y hábitos necesarios para prevenir y controlar la miopía, teniendo en cuenta que siempre deben poner el acento sobre la salud del paciente.
Sería de especial utilidad la realización de este tipo de estudio sobre la población de 4º de la ESO para aumentar nuestras perspectivas sobre la evolución de la miopía en la adolescencia. Este curso es la última etapa educativa obligatoria en España, lo cual nos facilita acceder a muestras no sesgadas.